7.28.2007

...hello apollo, where should i begin?

Mientras caminaba a la U, escuchando música, recordé esa época escolar cuando le sacaba el jugo a mi walkman...no, no se engañe, no es el teléfono ni mucho menos aquel reproductor de CD, si no que el siempre muy excelentemente bien poderado personal estereo. Era imprecindible en la micro y en el metro, incluso en clases. Mi mochila estaba llena de cassettes, y de aquí sale mi recuerdo...por mas que tuviera 15 k7s para elegir había un par que no podía parar de escuchar, era incluso adictivo...

Cuando caminaba, pensaba

"por la remierda ahora apretai un botón y vuelves a escuchar la canción, sin preocupaciones"

Me refiero a preocupaciones, porque si querías volver a escuchar un tema, lo peor era tener ese personal que sólo tenía para adelantar las canciones, entonces en la micro llena sacar el armatoste reproductor de música, era complicado, dar vuelta el k7 y devolver la cinta, incluso era peor, pk uno gastaba las baterías en eso, y para un escolar perder pilas era quedarse un par de días sin música, los bolsillos no aguantaban tal gasto. Acá entraba la herramienta fundamental de todo fanático de la música portatil: el lápiz Bic.

Retroceder la cinta con el lápiz siempre fue un clásico. Si no tenía uno, yo generalmente utilizaba la corbata o un pedazo de papel para que se enganchara en los dientes del k7.

Todo era más complicado, es un lujo poder retroceder discos completos sin preocuparse de que las pilas morirán, ni siquiera esperar dar vuelta toda la cinta...

Un adicto a la música como yo está agradecido de eso.

La cuestión es que en esa época yo no podía parar de escuchar ciertos cassettes, como el Hardcore para señoritas de los BBS Paranoicos...que obviamente lo había copiado de la copia de un amigo. Aún recuerdo el color del K7, franja verde y la cinta de color blanco para el rótulo. Otro que no podía dejar de escuchar fue el 666 Motor Inn de Satanic Surfers.

Tenía un amigo que siempre llegaba con música nueva.

El nos mostró una banda notable, que por un par de meses anduve trayendo el k7 en mi personal; Felipe Monstruo se llamaban, nunca caché el título del disco. Y de ahí llegó con otra banda, que aún no paro de escuchar...Salvate si Puedes era su nombre.

Así, DKnoa, siempre aparecía con alguna novedad...no siempre eran aciertos, también llegó con mierdas inescuchables como Delmar y otras hueas argentinas.

Hablando de bandas argentinas, otra banda con que estuve pegado, fue No Demuestra Interés, y de ahí DAJ y Loquero... de hecho uno de mis k7 que terminó casi sin sonar por el uso fue el Temor Morboso a la Exposición Pública.

El último k7 que debo haber comprado fue el Fight 'til yuo die de Pennywise, que de hecho lo compré, pues venía con una revista de skateboarding, y ese debe haber sido el último cassete al que le saqué el jugo...aún lo tengo.

Luego de eso, vinieron los CD...y ahí la cosa cambio, obligadamente tenías que escuchar un par de discos, salir con muchos en la mochila era un riesgo en esa época.

Lo que estaba escuchando cuando caminaba a la U y reflexionaba sobre esto y me acordaba de esos buenos momentos era Coheed and Cambria y el temazo que le da el nombre a su segundo disco

In Keeping Secrets of Silent Earth: 3

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