Casi una declaración...

Estaba pensando, mientras no hacía nada, más que estar tirado en la cama, respirar, mirar el techo y pensar, bueno corregiré mis palabras: estaba haciendo mucho, y apareciste de nuevo en mi cabeza, tal como en la tarde, que decidí salir en tu busca y tuve éxito; te encontré.

Muchas cosas debía hacer esta tarde, cosas administrativas, revisar notas, pedir salas y preparar un examen, también debía jugar a la pelota, pues había salido de casa con la desición de pelotear un rato y lo logré, estuve pateando la pelota durante unas 4 horas con varios de los chicos de la universidad, pero esa no era la única cosa que había decidido hacer, estaba la más relevante, que era encontrarte caminando por ahí, para ver si me armaba de valor y me acercaba a tratar de recibir alguna palabra tuya. No apareciste de inmediato, de hecho las 4 horas de fútbol que tuve lo reflejan.

Ya pasadas las horas de la tarde, había empezado a pensar que había fracasado en la empresa, no aparecías por ningún lado, ya cabisbajo y con cierta impotencia me iba a retirar a casa, pero lo que algunos llaman destino, otros suerte, otros casualidad, incluso algunos lo definirían como un hecho milagroso, te encontré, claro...un chispazo en mi cabeza (el hecho fortuito) me llevó donde ibas a estar por lo menos 3 horas...y ahí te encontré.

Perfecto, había cumplido con encontrarte, sólo faltaba acercarme y abrir la boca, y ver si podía emitir algo coherente. 3 horas me tomaron decidir si lo hacía o no, en el entre tanto, también intentaba idear mi primera palabra y la frase que seguiría, para poder entablar una pequeña conversación. "Hola" me parecía lo más lógico que podía decir, pero me era imposible idear la frase que seguiría al "Hola", preguntar "Cómo estás?" era lo más obvio, pero no era suficiente. Así pasaron 3 horas...y al final no pude, me quedé congelado y te fuiste, pasaste al lado mío y no fui capaz de sacar una sola palabra, sólo mirarte...había fracasado...